BIENVENIDO 2011!

FELIZ REGRESO A TODOS LOS QUE INTEGRAN LA COMUNIDAD CLEMENCISTA. DIOS BENDIGA TODOS LOS PLANES Y PROYECTOS QUE HEMOS DISEÑADO PARA QUE NUESTRAS QUERIDAS ESTUDIANTES CONTINUEN SU PROCESO DE FORMACIÓN. LOS INVITAMOS, ESPECIALMENTE, A PARTICIPAR EN EL BLOG CON REFLEXIONES, COMENTARIOS, LOGROS ALCANZADOS AL COMPARTIR LAS REFLEXIONES EN EL SALÓN DE CLASE.

domingo, 21 de agosto de 2011

LAS ALAS SON PARA VOLAR

Cuando se hizo mayor, su padre le dijo: "Hijo mío: no todos nacemos con alas. Si bien es cierto que no tienes obligación de volar, creo que sería una pena que te limitaras a caminar teniendo las alas que el buen Dios te ha dado".

- Pero yo no sé volar- contestó el hijo.

- Es verdad... -dijo el padre. Y, caminando, lo llevó hasta el borde del abismo de la montaña.

-¿Ves hijo? Este es el vacío. Cuando quieras volar vas a venir aquí, vas a tomar aire, vas a saltar al abismo y, extendiendo las alas, volarás.

El hijo dudó.

-¿Y si me caigo?

- Aunque te caigas, no morirás. Sólo te harás algunos rasguños que te harán más fuerte para el siguiente intento -contestó el padre.

El hijo volvió al pueblo a ver a sus amigos, a su compañeros, aquellos con los que había caminado toda la vida.

Los más estrechos de mente le dijeron: "¿Estás loco? ¿Para qué? Tu padre está medio loco... ¿Para qué necesitas volar? ¿Por qué no te dejas de tonterías? ¿Quién necesita volar?".

Los mejores amigos le aconsejaron: ¿"Y si fuera cierto? ¿No será peligroso? ¿Por qué no empiezas despacio? Prueba a tirarte desde una escalera o desde la copa de un árbol. Pero... ¿desde la cima?".

El joven escuchó el consejo de quienes le querían. Subió a la copa de un árbol y, llenándose de coraje, saltó. Desplegó las alas, las agitó en el aire con todas sus fuerzas pero, desgraciadamente, se precipitó a la tierra.

Con un gran chichón en la frente, se cruzó con su padre.

-¡Me mentiste! No puedo volar. Lo he probado y ¡mira el golpe que me he dado! No soy como tú. Mis alas sólo son de adorno.

-Hijo mío -dijo el padre-. Para volar, hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen. Es como tirarse en paracaídas: necesitas cierta altura antes de saltar.

Para volar hay que empezar asumiendo riesgos.

Si no quieres, lo mejor quizá sea resignarse y seguir caminando para siempre.

(Jorge Bucay. Déjame que te cuente...)

REFLEXIÓN

¿Qué te suscita el cuento anterior para tu vida?

¿Cuál es el arte de volar que podemos tener nosotros los seres humanos?

sábado, 6 de agosto de 2011

UN ABRAZO

Paseando por una calle de Rusia, durante la hambruna que acompañó a la guerra, el gran escritor Tolstoi se encontró con un mendigo. Tolstoi revisó sus bolsillos para ver qué encontraba para darle a ese pobre hombre. Pero no tenía nada: ya lo había dado todo antes. Movido a compasión, abrazó al mendigo, besó sus mejillas y le dijo:

-No te enfades conmigo, hermano, no tengo nada que darte.

El rostro macilento del mendigo se iluminó. Y brillaron las lágrimas en sus ojos, mientras le decía agradecido:

-Pero tú me has abrazado y me has llamado hermano. ¡Eso es un gran regalo!

(Tomado de Lewis, Hedwig, “En casa con Dios”, Mensajero, Bilbao)


REFLEXIÓN:

¿Ubicas geográficamente a Rusia? ¿Conoces algo sobre Tolstoi?

León Tolstoi (1828-1910) novelista ruso, pensador social y moral. Uno de los más destacados autores de narrativa a nivel mundial. Una de sus novelas más destacadas es Ana Karenina.

1. ?Qué te sugiere este cuento para ti, para tus relaciones con las personas cercanas o desconocidas?