Agradecemos a la niña GABRIELA ÁLVAREZ S. de
4.02, perteneciente al comité de pilosas 2012, Por hacernos llegar el siguiente cuento para
la hoja de pilosas.
EL LOBO Y EL PERRO
Cerca de un bosque,
había una vez un lobo tan flaco que no tenía más que piel y huesos.
Su flacura la debía, entre otras cosas, a que no se podía acercar a los
ganados, pues estaban protegidos por los perros guardianes. Por eso, sólo de
vez en cuando podía meterle el diente a un poco de carne.
Un día, el
lobo estaba acechando el rebaño de ovejas, para ver si la suerte lo
ayudaba y alcanzaba a cazar, encontró a un perro mastín que se había
extraviado. El animal era rollizo y lustroso. Se veía que estaba bien
alimentado. El lobo lo hubiese atacado de buena gana para servirse un
buen almuerzo. Pero, con mucha sensatez, pensó que tendría que emprender una
batalla y que el enemigo tenía trazas de defenderse bien.
Por eso, el
lobo decidió acercársele con la mayor cortesía y entablar una conversación
con él.
- Te felicito, amigo,
tienes un hermoso cuerpo – dijo el lobo.
- Amigo lobo, tú
no luces tan bien como yo porque no quieres – contestó el mastín.
El lobo lo miró
asombrado.
¿Cómo que no quiero?
A mí me gustaría estar tan bien alimentado como tú.
- Entonces, deja el
bosque – repuso el perro-. Los animales que en él se guarecen son unos
desdichados, muertos siempre de hambre. ¡Ni un bocado seguro! ¡Todo a la
suerte! ¡Siempre al acecho de lo que sea!
- Es verdad – dijo
tristemente el lobo-. Cada día que amanece, me pregunto si tendré un buen
almuerzo. Y, cuando llega la noche, casi siempre me voy a dormir con la barriga
vacía.
- Entonces, no lo
pienses más – repuso el perro-. Sígueme y tendrás mejor vida.
- ¿Y qué tendré que
hacer? – preguntó el lobo, que desconfiado, sabía que nada era gratuito en
esta vida.
- Casi nada-
repuso el perro-. Tienes que proteger la casa, perseguir a los ladrones,
jugar con los de la casa y complacer al amo. Con tan poco como esto, tendrás a
cambio, huesos de pollo, pichones y, además algunas caricias.
El lobo, al escuchar
esto, se imaginó que tendría un buen porvenir y decidió irse con el mastín y
ayudarlo a encontrar su casa.
Iban caminando,
cuando el lobo advirtió que el perro tenía una peladura en
el cuello.
- ¿Qué es eso? – le
preguntó
- Nada –
contestó el perro.
- ¡Cómo que nada! Si
te veo el cuello pelado. ¿Por qué lo tienes así!
- Será la marca del
collar al que estoy amarrado.
- ¡Amarrado! –
exclamó el lobo- ¿Qué? ¿Estás amarrado? ¿No vas y vienes adonde tú quieres
y a la hora que quieres?
- No siempre… Pero
eso, ¿Qué importa?
- ¡A mí me importa!
Mi libertad es más importante que tu comida. El precio que
debo pagar por el alimento es demasiado alto. Y la libertad es el
mayor tesoro que poseo en el mundo – dijo el lobo y se echó
a correr. Aún está corriendo.
Jean De La Fontaine.
REFLEXIONEMOS:
PROMOVER
EL DIÁLOGO
¿Sobre qué derechos te hace pensar este
cuento?
¿Qué es la libertad?
¿Quién es libre?
¿ LA
LIBERTAD es un derecho? ¿Cómo alcanzarlo?
¿La
libertar es una tarea que tiene el ser humano?
Explica.