BIENVENIDO 2011!

FELIZ REGRESO A TODOS LOS QUE INTEGRAN LA COMUNIDAD CLEMENCISTA. DIOS BENDIGA TODOS LOS PLANES Y PROYECTOS QUE HEMOS DISEÑADO PARA QUE NUESTRAS QUERIDAS ESTUDIANTES CONTINUEN SU PROCESO DE FORMACIÓN. LOS INVITAMOS, ESPECIALMENTE, A PARTICIPAR EN EL BLOG CON REFLEXIONES, COMENTARIOS, LOGROS ALCANZADOS AL COMPARTIR LAS REFLEXIONES EN EL SALÓN DE CLASE.

domingo, 24 de mayo de 2009

UN CUENTO

Pepito odiaba perder. Sus papás, maestros y muchos otros decían que no sabía perder, pero lo que pasaba de verdad es que no podía soportar perder en nada, ni en las canicas. Era tan estupendo, y se sentía uno tan bien cuando ganaba, que no quería renunciar a aquella sensación por nada del mundo; además, cuando perdía, era justo todo lo contrario, le parecía lo peor que a uno le puede ocurrir. Por eso no jugaba a nada que no se le facilitara y en lo que no excelente, y no le importaba que un juego durase sólo un minuto si al terminar iba ganando. Y en lo que era bueno, como el fútbol, no paraba de jugar.
Cuando llegó al colegio Alberto, un chico nuevo experto en ese mismo juego, no tardaron en enfrentarse. Pepito se preparó concentrado y serio, dispuesto a ganar, pero Alberto no parecía tomárselo en serio, andaba todo el rato sonriente y hacía chistes sobre todo. Pero era realmente magnífico, marcaba goles una y otra vez, y no paraba de reír. Estaba tan poco atento, que Pepito pudo hacerle trampas con el marcador, y llegó a ganar el partido. Pepito se mostró triunfante, pero a Alberto no pareció importarle: "ha sido muy divertido, tenemos que volver a jugar otro día".
Aquel día no se habló de otra cosa en el colegio que no fuera la gran victoria de Pepito. Pero por la noche, Pepito no se sentía feliz. Había ganado, y aún así no había ni rastro de la sensación de alegría que tanto le gustaba. Además, Alberto no se sentía nada mal por haber perdido, y pareció disfrutar perdiendo. Y para colmo al día siguiente pudo ver a Alberto jugando al baloncesto; era realmente malísimo, perdía una y otra vez, pero no abandonaba su sonrisa ni su alegría.
Durante varios días observó a aquel niño alegre, buenísimo en algunas cosas, malísimo hasta el ridículo en otras, que disfrutaba con todas ellas por igual. Y entonces empezó a comprender que para disfrutar de los juegos no era necesario un marcador, ni tener que ganar o perder, sino vivirlos con ganas, intentando hacerlo bien y disfrutando de aquellos momentos de juego.
Y se atrevió por fin a jugar al escondite, a hacer un chiste durante un partido al futbol, y a sentir pena porque acabara un juego divertido, sin preocuparse por el resultado, pues para saber perder o ganar, lo importante es disfrutar de todas las actividades de la vida.
PARA REFLEXIONAR:
1. ¿Cuál es mi actitud cuando se me plantea una actividad académica o deportiva?
2. ¿Cómo asumo el hecho de no obtener los resultados deseados?
3. Qué actitudes son importantes frente a las frustraciones que debo enfrentar en mi vida escolar.
4. Cuál debe ser mi compromiso ante las actividades y situaciones diarias. Tanto en forma individual como en el curso.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola profesora Myriam.
Esta reflexión me gusta mucho porque nos enseña,que en la VIDA lo importante no es ganar,sino lo importante es DIVERTIRSE,estar siempre contentos y gozar de todo lo que podemos hacer todavia.
Si seguimos pensando en que tenemos que ganar nunca nos divertiremos,nos alegraremos, ni nos desahogaremos sino viviremos aburridos al enterarnos que alguien nos ha ganado.
GRACIAS...

ALUMNA:Erika Andrea Pulido Niampira

CURSO:602