BIENVENIDO 2011!

FELIZ REGRESO A TODOS LOS QUE INTEGRAN LA COMUNIDAD CLEMENCISTA. DIOS BENDIGA TODOS LOS PLANES Y PROYECTOS QUE HEMOS DISEÑADO PARA QUE NUESTRAS QUERIDAS ESTUDIANTES CONTINUEN SU PROCESO DE FORMACIÓN. LOS INVITAMOS, ESPECIALMENTE, A PARTICIPAR EN EL BLOG CON REFLEXIONES, COMENTARIOS, LOGROS ALCANZADOS AL COMPARTIR LAS REFLEXIONES EN EL SALÓN DE CLASE.

domingo, 24 de julio de 2011

LA LIBERTAD

Cuento popular indio (www.encuentos.com)

Esta es la historia de un loro muy contradictorio. Desde hacía un buen número de años vivía enjaulado, y su propietario era un anciano al que el animal hacía compañía. Cierto día, el anciano invitó a un amigo a su casa a deleitar un sabroso té.


Los dos hombres pasaron al salón donde, cerca de la ventana y en su jaula, estaba el loro. Se encontraban los dos hombres tomando el té, cuando el loro comenzó a gritar insistente y vehementemente:
–¡Libertad, libertad, libertad!

No cesaba de pedir libertad. Durante todo el tiempo en que estuvo el invitado en la casa, el animal no dejó de reclamar libertad. Hasta tal punto era desgarradora su solicitud, que el invitado se sintió muy apenado y ni siquiera pudo terminar de saborear su taza. Estaba saliendo por la puerta y el loro seguía gritando: “!Libertad, libertad!”.

Pasaron dos días. El invitado no podía dejar de pensar con compasión en el loro. Tanto le atribulaba el estado del animalito que decidió que era necesario ponerlo en libertad. Tramó un plan. Sabía cuándo dejaba el anciano su casa para ir a efectuar la compra. Iba a aprovechar esa ausencia y a liberar al pobre loro. Un día después, el invitado se apostó cerca de la casa del anciano y, en cuanto lo vio salir, corrió hacia su casa, abrió la puerta con una ganzúa y entró en el salón, donde el loro continuaba gritando: “!Libertad, libertad!” Al invitado se le partía el corazón.
¿Quién no hubiera sentido piedad por el animalito? Presto, se acercó a la jaula y abrió la puerta de la misma. Entonces el loro, aterrado, se lanzó al lado opuesto de la jaula y se aferró con su pico y uñas a los barrotes de la jaula, negándose a abandonarla. El loro seguía gritando: “!Libertad, libertad!”


REFLEXIÓN

Compartir en diálogo grupal ayudadas de las siguientes preguntas u otras que ustedes consideren apropiadas para el curso.

1. ¿Qué es la libertad?

2. ¿Es posible lograr la libertad? ¿Cómo?

3. ¿El caso del loro se presenta en la vida de hoy?

4. ¿Conoces casos semejantes a los que se presentan con el loro? Con el anciano? con el invitado?





lunes, 4 de julio de 2011

Pilosas 12

EL BRILLO DE LA AMISTAD

Había una vez, en el fondo del mar, un pez cubierto de escamas brillantes que iluminaba donde iba. Se veía tan bonito que siempre estaba feliz.

Un día vino a verlo el pez Rojo Enamorado y le dijo: “Pez Brillo, ¿me das una escamita? Tú tienes muchas y muy bonitas”.

Y el Pez Brillo les respondió: “No, son mías”.

Por allí pasaron también el Caballito de Mar y el Besuguito Verde, y también a ellos el Pez Brillo les negó una escama.

La temida Morena le advirtió: “Si no das a tus compañeras algunas de las muchas escamas brillantes que tienes, pronto te quedarás sin amigos y amigas para jugar”.

Efectivamente, pronto se corrió la voz de que Pez Brillo no daba ni prestaba nada y todos los peces huían de su lado.

Se quedó triste y solo, y su belleza no pudo ser contemplada por nadie.

Comenzó a llorar amargamente porque no tenía ningún amigo para jugar.

Y se fue a visitar al señor Pulpo, el pez más sabio de todos los mares. El señor Pulpo vivía en una oscura cueva adonde acudían todos los peces que tenían problemas, para buscar una solución. Pez Brillo le comentó su problema, y el señor Pulpo le respondió: “Si repartes tus escamitas brillantes, pronto tendrás muchos amigos, porque escrito está que cuanto más se da, más se tiene”.

Pez brillo no entendió muy bien estas palabras, pero decidió ofrecer escamitas a todos los peces que encontrara en su camino.

Se cruzó con el pez Rojo Enamorado, el pez Morrito y también con Mariquita, y todos ellos obtuvieron una escama brillante.

Se pusieron muy contentos con el obsequio, pero el que más se alegró fue el Pez Brillo, porque ganó muchas amigas. La felicidad que le produjo recuperar a sus amigas lo hizo más hermoso aún.

Y es que, como diría el señor Pulpo, la amistad brilla más que todas las escamas del mundo.

Tomado de educarueca.org